Sí amigos, llevo tiempo pensando publicar este post, pero... hasta ahora me ha sido imposible. Os cuento: hace unos días, leía en el Norte de Castilla, edición Palencia, un curioso artículo "Antenas parabólicas hasta en la cama". Ni que decir tiene que ya el título captó inmediatamente mi atención, ¿por qué? porque me era muy muy familiar.
La historia, que hace referencia al calvario por el que están pasando varios pueblos de La Pernía para poder ver la TDT, me recordó inmediatamente mis primeros días en Foldada. Cuando comenzamos a vivir en nuestra recién adquirida casa nos informaron de que en el pueblo no se veía la televisión -por aquel entonces aún no hablábamos ni siquiera de TDT-. Los vecinos nos explicaron que se debía a que estamos rodeados de montañas...
Bueno, en principio, no nos importó demasiado, la verdad, puesto que tal y como está últimamente la parrilla televisiva... básicamente vemos películas y, por suerte, el dvd, sí funcionaba.
Ahora bien, al cabo de unos meses, empezó a fastidiarme la idea de no poder elegir. Sí, no poder elegir ni siquiera si enciendo o no la tele o si veo tal o cuál programa... ¿Qué hacer para acabar con esa agitación interna? De nuevo recurrí a mis escasos vecinos. Sabía que, pese a todo, ellos sí veían la tele en sus casas, así que les pregunté cómo lo habían conseguido. La respuesta fue clara y para mí demoledora: "Muy sencillo, pagando e instalando el Plus"
Reconozco que me sentó a cuerno quemado el tener que pagar por ver la tele... Pero no me quedó más remedio. Era la única forma de recuperar mi capacidad de decisión con respecto al mando a distancia. Comprenderéis, por lo tanto, que entiendo perfectamente cómo se sienten los vecinos de La Pernía.
Moraleja: En los pueblos de montaña, muchas veces, para poder elegir, es necesario pagar... Triste, pero cierto.