Sí, creo que casi tod@s conocéis ya a mi perro, Chico, os he hablado de él en alguna que otra ocasión. Pero me he dado cuenta de que nunca os lo he presentado oficialmente y nunca os he contado cómo llegó a nuestras vidas. Hoy, martes y 13, puede ser un buen día para presentarlo en sociedad -nunca he sido supersticiosa, al menos, no con las fechas-.
Chico llegó a nuestra casa, a Foldada, en el invierno de 2008, concretamente en el mes de enero. Lo encontró mi vecina y amiga Isis, abandonado, apaleado y maltrecho en una huerta a las afueras del pueblo. Lo rescató y lo llevó a su casa, Chico es un setter inglés de raza, un cazador, y a Ángel, el padre de Isis, le encanta cazar. Pero ellos, ya tenían dos perros y nosotros (Carlos y yo) andábamos pensando adoptar uno. Así pues, Chico apareció como caído del cielo.
Tal y como nos contó el veterinario, Agustín, el perro, en aquel momento, estaba "entregado", lo había pasado tan mal, que parecía que le diese igual vivir que morir. Como suele pasar en estos casos no tenía chip, ni identificación, así que le convertimos en un miembro más de nuestra pequeña familia. El nombre, se lo puso Elisa, la madre de Isis, así le llamaba cuando le encontraron y como no parecía molestarle, así se quedó.
Tardó unos días en acostumbrarse a su nueva casa y le llevó meses aprender a comer tranquilo sin asustarse cada vez que nos acercábamos o abríamos la puerta del patio. Aún más complejo fue que se acostumbrara a nuestras voces, a nuestra presencia, en definitiva, a nosotros. Cuando casi lo había conseguido y empezaba a coger confianza, le atacaron otros perros y le provocaron una herida en la pata de la que se recuperó sin mayores problemas. Pero su mala estrella no acabó ahi, porque al poco le salió un extraño bulto en el cuello, que el veterinario, le extirpó con cariño, pero sin anestesia ni meramientos... Sí, tuvo un comienzo "de perros".
Ahora, dos años y medio después, Chico es otro perro, sí, aún no ha superado su pánico a las correas y tiembla como una hoja cada vez que ve una, tampoco logra acostumbrarse del todo a las caras nuevas, aunque ya no corre a esconderse a su caseta, cada vez que alguien abre la puerta.
Hoy Chico es un perro feliz. Mantiene su pose de cazador y le encanta correr, perseguir a los gatos, a las cigüeñas, a los gorriones... pero sería incapaz de matar una mosca. Disfruta de nuestros paseos hasta el pantano de Aguilar, porque le encanta chapotear -aún no ha descubierto que sabe nadar- y jueguetear con su mejor amiga, Mika, una pastor alemán a la que "adoptamos" por temporadas.
Ciertamente, ahora mismo, no concibo llegar a casa y no encontrar a Chico esperándome en la puerta, moviendo el rabo a toda velocidad y con su mordedor preferido en la boca, dispuesto para jugar. No sé como podría pasar un día en casa, sin su presencia al otro lado del cristal -la repisa de la ventana del cuarto es su lugar de descanso favorito, creo que así nos tiene controlados-. Los paseos en invierno han ganado puntos desde que llegó, porque es todo un espectáculo ver cómo se revuelca por la nieve, haciendo pequeños túneles.
Sinceramente, aún no he llegado a comprender cómo su anterior "dueño" pudo abandonarlo, pero le estaré enternamente agradecida. Ah! y no tiene ni idea de lo MUCHO que se ha perdido, porque sí, efectivamente, Chico es un buen ejemplo de que el perro es el mejor amigo del hombre. ;-)
Hoy Chico es un perro feliz. Mantiene su pose de cazador y le encanta correr, perseguir a los gatos, a las cigüeñas, a los gorriones... pero sería incapaz de matar una mosca. Disfruta de nuestros paseos hasta el pantano de Aguilar, porque le encanta chapotear -aún no ha descubierto que sabe nadar- y jueguetear con su mejor amiga, Mika, una pastor alemán a la que "adoptamos" por temporadas.
Ciertamente, ahora mismo, no concibo llegar a casa y no encontrar a Chico esperándome en la puerta, moviendo el rabo a toda velocidad y con su mordedor preferido en la boca, dispuesto para jugar. No sé como podría pasar un día en casa, sin su presencia al otro lado del cristal -la repisa de la ventana del cuarto es su lugar de descanso favorito, creo que así nos tiene controlados-. Los paseos en invierno han ganado puntos desde que llegó, porque es todo un espectáculo ver cómo se revuelca por la nieve, haciendo pequeños túneles.
Sinceramente, aún no he llegado a comprender cómo su anterior "dueño" pudo abandonarlo, pero le estaré enternamente agradecida. Ah! y no tiene ni idea de lo MUCHO que se ha perdido, porque sí, efectivamente, Chico es un buen ejemplo de que el perro es el mejor amigo del hombre. ;-)
que pasada de fotos!
ResponderEliminarVi una viñeta en el blog de la Fuensanta y el Antón, que tengo en el blogroll. Me encantan, siempre me alegran el día. La viñeta en cuestión era un perro huyendo a toda velocidad y sonrisa de perro patán de los autos locos, abandonando en la autopista a sus dueños y decía algo así como "El nunca lo haría, pero debería hacerlo".
ResponderEliminarTienes un "chico" muy guapo, Carzum. Un abrazo grande
Jeje, gracias Isis, las hay mejores, sobre todo de Chico en la nieve, pero no he logrado encontrarlas, deben estar en otro ordenador... Abrazos ;-)
ResponderEliminarHola Alma, no he visto el blog, pero me suena muchísimo la viñeta. Intentaré pasarme. Y, sí, efectivamente, tiene toda la razón. Abrazos ;-)
Claro los que disfrutáis del olor a tomillo y romero con grandes praderas,por qué no podéis tener perros?.
ResponderEliminarMe encanta los perros pero no puedo es superior a mis sentimientos de cariño, el tener que recoger los excrementos del perro.
Las capitales son distintas,pues un perro en una casa siempre estará llena de pelos.
La estampa del perro es preciosa,y entiendo que son agradecidos y cariñosos ,
Tampoco soy superticioaso pues el numero 13 me ha seguido toda mi vida en las dos empresas de trabajo
Un saludo
Afirmo, Chico es un perro feliz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una muy bonita historia, Carzum. Y en las fotos se le ve muy, muy feliz.
ResponderEliminarUn abrazo!
Cuando empecé a vivir aqui donde vivo habia huerta muchos campos, vaquerias y.... en fin, ahora ya no queda nada de eso, yo siempre he tenido perro y vivo en un piso y no tenia problemas.. me encantan. Pero coincido con el comentario de Jose en lo de los excrementos porque me lo he planteado asi.
ResponderEliminarQue conste que me das una envidia sana de ver a chico, tiene suerte de haber dado con vosotros y viceversa.
Pd: he tenido un gran danés un boxer , un gos de altura y un afgano que yo le llamaba Hippi por el pelo tan largo que tenia. en fin perdona por todo este rollo jaja.
Un abrazo Carzum
CARZUM MARAVILLOSA NOTA DE VUESTRO QUERIDO "CHICO", ASÍ ES LA NATURALEZA TODA, NO SE POR QUE EL HOMBRE SE EMPEÑA EN CAMBIARLA, SOLO CUIDA QUE EN SUS CORRIDAS, NO LE ROMPA UNA PATA A LA SEÑORA CIGÜEÑA, YA DEJARON EL NIDO LOS PICHONES?, YA TIENES, PERRO, BÚFALOS,Y CIGÜEÑAS, TE FALTA EL ELEFANTE, Y CONVIERTES AL PUEBLO EN ZOO JAJAJA
ResponderEliminarLOS ABRAZO
pues si, creo que chico es un perro feliz, y con lo de los excrementos lo llevamos bien...el tiene su hora y si cumplimos el cumple en el campo y si no...pues bueno, una bolsita y un papel y no es más, peor es lo de los humanos que meamos en cualquier esquina sin más
ResponderEliminarHola Jose, sí, entiendo lo que me dices, ciertamente si no viviese en un pueblo, creo que no tendría a Chico, los pisos me parecen espacios extremadamente reducidos para un perro tan lleno de vitalidad como él.
ResponderEliminarEn cuanto a los excrementos, bueno, debo reconocer, que casi siempre es tarea de Carlos, aunque como ya le tenemos pillada la hora, no nos da mucho trabajo. Abrazos ;-)
Hola Tejón, claro, tú ya lo conoces, me alegra que te diera esa impresión. Abrazos ;-)
Jeje, hola Xibelius, sí ciertamente en las fotos se le nota feliz y además es muy fotogénico, aunque me cuesta Dios y ayuda pillarle quieto... ;-) Abrazos
Hola Arena, veo que a tí también te encantan los animales. Yo, mío propio, sólo he tenido a Chico, aunque en el pueblo, en Encinas, siempre hubo perros. Ah! y sí nos da mucho más de lo que nosotros le aportamos, eso, sin lugar a dudas. Abrazos ;-)
Hola Abuela, jeje, pues sí, tiene razón al paso que vamos montamos un zoológico en breve. En cuanto a las carreras con las cigüeñas, no hay problema echan a volar en cuantito le ven asomar el hocico. Y los polluelos, si le digo la verdad, no le puedo decir si han abandonado o no el nido, porque el fresno está tan rebosante de hojas, que me es imposible ver nada...;-)
Hola Regadiere, bienvenido, sí, tienes razón somos mucho peor los humanos, dónde va a parar!!! Abrazos ;-)
Hace poco murio mi perro, mi mejor amigo, mi hijo...estos post me hacen acordar a el y me ponen feliz de recuerdos. Gracias, Saludos
ResponderEliminarVaya Mateo, siento mucho lo de tu perro. Lo cierto es que tienes razón, llegan a ser uno más de la familia, Chico lo es, sin duda. Fuerte abrazo ;-)
ResponderEliminarJo... Carzum haces unos reportaje encantadores aunque solo sea de un perro, claro que por lo que se ve Chico no es un perro cualquiera pero tu cuando te pones a escribir cualquier cosa es buena para explayarte, cualquier día nos sorprendes con una crónica sobre como trata una sartén a un huevo cuando lo fríe¡¡ eres encantadora.
ResponderEliminarSaludos
jeje, pues mira, no se me había ocurrido, pero no es mala idea. Lo mío es deformación profesional, sí, lo reconozco. Abrazos JL. ;-)
ResponderEliminarConocía a chico de otros reportajes pero no como llegó a vuestra casa...ahora estará encantado con el nuevo miembro de la familia:))
ResponderEliminarNo comprendo el por qué del maltrato...de todo en general.
Un beso.
jeje, no creas, Luara, a Damián le encanta Chico, pero Chico huye de Damián, le tiene pánico... es que el peque es un torbellino y eso que aún no anda... ;-)
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