martes, 6 de abril de 2010

Ventajas de la vida en un pueblo: vecin@s naturales.



Para muchos vivir junto a un nido de cigüeñas puede ser un inconveniente, incluso un problema. Para mí es un verdadero lujo levantarme cada mañana, al menos ahora en primavera, y desayunar con la banda sonora de su crotoreo.

El entrechocar de sus picos es como un hilo musical natural. Lo escucho porque, aunque no lo creáis, son mis vecinas más cercanas. Han anidado en el viejo fresno que se mantiene erguido junto al jardín trasero de mi casa. 

Su historia es un tanto curiosa. Durante muchos años existió un nido de cigüeñas sobre un viejo árbol situado al inicio del camino que conduce a Vallespinoso, al pie de la iglesia. La última gran nevada de hace dos inviernos acabó con el árbol y destrozó el hogar de la pareja de cigüeñas.

En primavera comenzaron a construir un nuevo nido en el viejo fresno. Pero, como sabéis, las desgracias nunca vienen solas y justo cuando acababan de estrenarlo, la hembra pereció al chocar contra un cable de alta tensión. Durante muchos meses, el "viudo" estuvo vagando sólo y desconsolado por Foldada. De hecho, los vecinos me explicaron que son animales muy fieles y que se emparejan  de por vida.

Esta primavera  una pareja ha ocupado el nido. No sabría deciros si es el macho de siempre que ha decidido rehacer su vida o si, por el contrario, son otras aves distintas. A mí me gusta pensar que el viudo sigue aleteando sólo, fiel a su pareja... 


Nota: Crotorar (según el DRAE): Dicho de una cigüeña: producir el ruido peculiar de su pico.

8 comentarios:

  1. Pues si,es otra de esas "pequeñas" cosas que hacen diferente la vida,hoy son las cigueñas,mañana sera algun animal que mucha gente no sabe ni que existe o alguna vieja historia que te cuente un vecino,esto es con lo que hay que quedarse.
    Saludos.

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  2. Plenamente de acuerdo, gracias Fosi

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  3. Buenos días blogguera, no sabía que estás tejiendo también en esta red infinita para anudar en ella historias y hacerla más tupida para que no se caigan las cosas al olvido.
    Lo de las cigueñas es un mundo aparte, lo sabemos los que los tenemos cerca y escuchamos su aleteo cuando aterrizan. Me hace gracia reconocer entre las lineas de tu historia la de nuestra pareja de "adebares" que trás el ciclogénesis reconstruyeron su hogar...
    Casi me identifico con ellos a la hora de reflexionar sobre el problema de la vivienda en esta zona rural.
    Bueno Carmen, aún queda pendiente vuestra visita a nuestro pequeño pueblo en el que sólo somos 4 más 4, casi todoterrenos.....
    Esta semana estoy liada con una traducción, pero después del 17 de abril, cuando querráis.

    Besos, Andrea

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  4. Sí, Andrea, mi blog también surgió, como otros tantos, del taller realizado por País Románico, jeje. Y aquí ando, enredando.
    Yo también estoy un poco liada estos días, pero espero poder pasarme a partir del 17 a haceros una visitilla y a conseguir un poco de urdimbre para poder tejer ese tapiz que tengo en mente desde hace meses. besotes

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  5. Carmiña, como sigas haciendo apología sobre las bonanzas de habitar en zonas rurales, vas a dejar de oír a las cigüeñas. Ciertamente que vivir en el campo tiene muchas ventajas, y desde luego no es este el foro para dejar ninguna sombra, entorno a lo idílico de asentarse en las zonas apartadas del mundanal ruido, pero hay que avisar de que existe algún que otro inconveniente. Hay mucho nuevo poblador que acaba huyendo totalmente descolocado con el -atronador silencio del campo-.
    Que aguafiestas soy ¿eh?, no para nada muy bonito tu relato. Un beso

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  6. Para nada, Marce, muchísimas gracias por pasarte y, sí, también hay desventajas, de hecho ya publiqué un post al respecto: la TDT, ;-). Aún así, ya sabes, lo mío es una cuestión de convicción y de principios...

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  7. Me gusta mucho lo que estas haciendo si señor, pero tambien estoy de acuerdo con Marce ,tiene más razón que un santo. Todo esto es muy bonito pero pienso que para 3 ó 4 meses al año.
    Yo,particularmnente porque no me queda más remedio.

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  8. Gracias, Guiller. Bueno, ya sabes, el pueblo como todo es para quién le guste. Cuando yo llegué a Foldada, una vecina me comentó que "lo más importante es aprender a convivir con uno mismo". Tenía mucha razón, y creo que yo lo he conseguido. Además, como sabes, soy más de pueblo que las amapolas, con inconvenientes y desventajas incluidas, va todo en el lote.

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