miércoles, 25 de agosto de 2010

Un giro de 190º en el mundo del diseño...

Ella, Nursign

Pese a su casi insultante juventud -23 añitos-, esta diseñadora burgalesa tiene las ideas claras y los pies bien aferrados a la tierra. Nuria Pampliega, Nursign en el ciberespacio, sabe que, en los tiempos que corren, la gente como ella - joven, pero sobradamente preparada, parafraseando un conocido anuncio- lo tiene complicado para abrirse un hueco en el mundo del diseño. Quizá por eso ha decidido lanzarse a la piscina o, mejor, saltar al vacío sin paracaidas. Quien no arriesga, no gana. Eso es evidente y Nursign parece tenerlo más que claro. No se conforma con dar un giro de 180º al mundo del diseño, no, va un paso más allá, hasta los 190. Y así, con este nombre, 190º, ha bautizado su último proyecto, una revista on line, cuyo primer número saldrá a la luz el próximo miércoles, 1 de septiembre.

¿Qué pretende? La respuesta a esta sencilla pregunta, aunque resulte paradójico, es un tanto compleja. Su objetivo inicial era darse a conocer, promocionar su trabajo y su blog. Ahora, ya metida en harina, ha ampliado sus miras. "Es muy difícil que un artista que acaba de salir de la carrera, consiga un puesto al lado de los mejores diseñadores del momento, - afirma - la inexperiencia da miedo, pero yo creo, que si hay ganas e ilusión, vale más que 5 años de experiencia". Aferrándose a esta máxima, se propone ofrecer un espacio de promoción y contacto para artistas nóveles de todo el mundo.

Portada del primer número de la revista on line

De momento, nos adelanta la portada del primer número de 190º. No nos desvela muchos más datos, porque conoce bien el medio y sabe que es importante mantener un cierto grado de suspense y generar expectativas. La cosa promete...  "Te puedo decir que incluirá un artículo sobre moda Vintage interesantísimo, otro acerca de un producto delicatessen de lo más innovador,  mostraremos una tienda de moda en la que te explican y aconsejan sobre lo que mejor te sienta...", concede, después de hacerse derrogar un poco...

Nursign es el alma mater de la revista, su creadora, pero, para llenarla de contenidos se ha rodeado de un buen plantel de colaboradores, que nos irá presentando en cada edición. Le gustaría que en su ciudad natal, Burgos, valorasen su trabajo y apoyasen su iniciativa. De hecho, está tan ligada a su tierra, que ha decidido dedicarle un apartado especial en la revista. Ha dado el primer paso, quizá el más difícil, ahora sólo queda esperar y confiar en que todo salga según lo previsto. Desde aquí le deseamos toda la suerte del mundo!!!!


Nota: Sé que much@s de los que seguis Foldadablog, tenéis habilidades artísticas más o menos ocultas... que quizá os interese dar a conocer. Yo ya le he tirado los trastos a algun@ (Isis, Arena), pero si alguien más se anima y quiere participar en este proyecto, podéis poneros en contacto con Nursign en este mail: nursign@gmail.com

domingo, 22 de agosto de 2010

Boda a la vista...



Sí, amigos, el viernes, 20 de agosto de 2010, será un día que pasará a la historia. Al menos para los vecinos de este pequeño pueblo de la Montaña Palentina y, sobre todo, para Carlos y para una servidora. Así nos recibieron, todos los vecinos nos esperaban en la plaza, armados de confetis y guirnaldas. Sí, habían preparado nuestra despedida de solteros... Pero no, no nos lo iban a poner nada, pero que nada fácil. Nos habían organizado una "divertidísima" y completa gymkana, cuatro pruebas, para conseguir cuatro llaves...

Prueba 1. Superada sin mayores problemas: Atados con una cuerda, subimos hasta la iglesia a dar la campanada...





Prueba 2. De nuevo superada sin problemas, ante la atenta y atónita mirada del público, que ya nos había preparado una docena de huevos por si a caso - no hicieron falta -, de la iglesia a casa portando una cuchara y un huevo...


Prueba 3. Escenario: el lavadero. Objetivo: conseguir dos figuritas ocultas en dos barreños llenos de harina y agua. Como podéis ver en la foto 1, está claro quién se curró el premio. He de decir en su descargo, que como demuestra la foto 2, al final cedió y se pringó levemente... ;-)



Antes de la prueba 4, que tenía como escenario la casa concejo, Cesarea nos canta la enhorabuena... A sus 92 años, recién cumplidos, entona francamente bien y tiene una memoria prodigiosa.


Prueba 4. Enyugados, sí, sí, como lo leéis, nos enyugaron y de ésta guisa tuvimos que subir a la segunda planta de la Casa Concejo a buscar nuestro regalo.


Superadas todas las pruebas, después de reírnos un buen rato, como no podía ser de otro modo, no comimos perdices, pero sí nos pusimos las botas... ;-)


GRACIAS VECIN@S!!!!

jueves, 19 de agosto de 2010

Un nuevo poblador llega a la Montaña Palentina



La noticia del nuevo poblador aparece en el minuto 6.44, más o menos. ;-)


Sí, amigos, como bien decía Fosi en un comentario a mi anterior entrada, en la Montaña Palentina estamos de enhorabuena, tenemos un nuevo poblador: un pequeño bisonte europeo. Imagino que recordaréis las andanzas de estos animales, que llegaron a San Cebrián de Mudá hace unos dos meses, procedentes de Polonia.

Pues bien, lo que nadie sabía es que una de las hembras estaba embarazada y dio a luz hace unos días. La cría, por las imágenes que he visto en televisión y en prensa, es francamente bonita y parece estar feliz. Si no os he hablado antes de esta buena nueva ha sido, porque hace unos días, escuché al alcalde de San Cebrián  comentar que la masiva afluencia de gente a la reserva, podría molestar a la madre y al pequeño... 

Pero, tiene razón Fosi, es una noticia importante y hay que darla. Por cierto, que también se está trabajando ya en el Centro de Interpretación del Bisonte Europeo. Así que parece que todo va bien y que los animales se están adaptando correctamente. Ahora sólo falta que la próxima cría sea concebida en estas praderas y, como suele decirse, ¡qué la Naturaleza siga su curso!!.;-)




miércoles, 18 de agosto de 2010

Retratos de antaño: D. Matías, un médico de pueblo / El invierno en la Montaña (2/2)

Viene de aquí

De una forma casi instintiva, se levantó del sofá, dejó el manual de anatomía sobre la mesa, se calzó las albarcas, se puso el abrigo de piel y borreguillo, agarró el maletín de cuero con su, por aquel entonces, rudimentario instrumental médico –fonendo, bisturí, tijeras, vendas limpias, alcohol, aguja y algunas hierbas-, y salió a atender los gritos de Sebastián. “La Luisa, que ya rompió aguas”. Fue la parca y precisa explicación que le dio el pastor al verlo salir. Presto le tendió la mano y le montó a la grupa del percherón.

A la Luisa, la hija de Sebastián, la habían casado en primavera con un joven de un pueblo cercano y en los mentideros corrían todo tipo de rumores al respecto. El trayecto hasta la casa se hizo eterno. Apenas eran cinco kilómetros los que separaban un pueblo de otro, pero la nieve, el hielo y la ventisca complicaban el recorrido. Sobre el caballo, fuertemente agarrado a su compañero de viaje, Matías sentía como los copos, ahora escarchados, se le clavaban en el rostro. Con las prisas, no había cogido los guantes, así que la mano con la que sujetaba el maletín estaba totalmente agarrotada por el frío. Por suerte, el caballo parecía estar acostumbrado a los rigores del invierno y poco a poco iba abriéndose camino en la nieve. 

Tardaron poco menos de una hora en llegar. En la puerta ya les esperaba el joven y supuesto padre. Un muchacho cejijunto, de ojos claros, naríz aguileña, seco, moreno y estirado, como paja de centeno antes de ser aventada. Se le notaba el nerviosismo en el rostro y en el constante pasear de un lado a otro. "La matrona ya está dentro con la Luisa, no me dejan pasar", explicó.  Matías, se acercó un momento a la chimenea para calentarse las manos y de inmeditao pasó a la habitación. Allí estaba la matrona, una mujer horonda de grandes caderas y aspecto risueño. Había hecho un buen trabajo. La Luisa estaba tendida sobre la cama, sudorosa y rodeada de toallas limpias. "Ya empezó a dilatar  -le dijo la partera- Ayer le preparé un poco de hiebaluisa pa ayudarle hoy. Es primeriza"

Matías sonrió a la mujer, miró con dulzura a la Luisa, y se hizo cargo de la situación. Él también era primerizo en partos humanos. Aunque no debía ser muy diferente del de una vaca, una yegua o una oveja... No fue muy complicado. El niño parecía tener ganas de venir al mundo. Tal y como había leído tantas veces en los manuales: primero la cabecita, luego un hombro y el resto fue todo seguido, hasta expulsar la placenta. La Luisa se comportó debidamente, hincando las uñas en los puños y estos en el colchón para empujar con más fuerza. Matías cortó y anudó el cordón umbilical y dio una palmadita al niño en el trasero. Tenía buenos pulmones y a simple vista parecía estar sanote. Se lo entregó a la matrona para que lo lavase, al tiempo que el Sebastíán y su joven yerno hacian acto de presencia en la habitación.

"¡Vaya, viene bien armado el guaje!" , exclamó con gozo la partera. La Luisa se incorporó un poco en la cama para ver a su hijo y sin pensarlo respondió con un "Igualito que su padre". Matías se fijó en el joven marido. Una sonrisa burlona comenzaba a dibujarse en su rostro. Sonrisa que se torció en mueca. El cejijunto miró al niño, luego se miró a si mismo y, por último, cabizbajo, con la sombra de la duda en el rostro,  clavó una mirada incrédula en su mujer.


Foto: Carlos

lunes, 16 de agosto de 2010

Retratos de antaño: D. Matías, un médico de pueblo / El invierno en la montaña (1/2)



Matías siempre tuvo claro que quería ser médico. No por trabajar en un gran hospital, ni para enriquecerse abriendo una consulta en el pueblo. Para él, apellido y posición, no tenían ninguna importancia, simplemente, los había heredado. Su vocación surgía de una curiosidad innata e inagotable y de un desmedido afán por ayudar al prójimo. Era un hombre austero y carente de vicios. No frecuentaba la tasca, no fumaba, nunca se le vio en una timba y, para desgracia de muchas, no prestaba demasiada atención al sexo opuesto. Su pulcritud en el vestir, su cabello siempre como recién cortado, con la raya milimétricamente peinada a cuatro dedos de la oreja izquierda, su porte esbelto y sus gestos sutiles, ocasionaban que algunos le tachasen de maricón y que el resto le tomase por un seminarista. Nunca hizo caso de habladurías.   

Marchó a estudiar Medicina a Madrid. Cuando acabó la carrera, cumpliendo un sueño, regresó al pueblo y, sin pretenderlo, pasó a ser D. Matías, el médico. Ya nunca más se desprendió de aquel tratamiento de respeto. Hacía las veces de médico y de veterinario. Lo mismo te curaba una gripe, que entablillaba la pata a un caballo o te preparaba un ungüento de miel para las quemaduras. Combinaba a la perfección lo aprendido en la capital, con el saber adquirido después de años escuchando a los más ancianos del pueblo.  Para los vecinos y para la gente de los pueblos cercanos, en plena Montaña Palentina, era mucho más sencillo acudir a D. Matías que recorrer 20 o 30 kilómetros en el coche de San Fernando, hasta llegar a la cabecera de comarca. Además nunca cobró por sus remedios, si acaso,  aceptaba unas cebollas, un conejo, unos huevos o un bizcocho recién sacado del horno. Durante sus más de 50 años de ejercicio práctico, atendió todo tipo de casos.

Sin duda, el más complejo y emotivo fue su primer parto. Matías apenas era un estudiante de segundo de medicina, que se encontraba en el pueblo pasando las vacaciones de Navidad. Se había levantado pronto y andaba leyendo un manual de anatomía, al calor de la lumbre. Fuera, copos de nieve como trapos, comenzaban a cuajar, tras la helada de la noche anterior. Los vecinos, convenientemente abrigados, calzados con albarcas y pala en mano, iban abriendo pequeñas sendas.

De improviso, algo tapó la ventana, tamizando la entrada de luz. Matías alzó la vista del libro y vio tras el cristal,  la figura de un caballo percherón, pardo, de robustas patas. No podía distinguir al jinete, pero sí reconoció de inmediato su voz, llamándole a gritos.“¡¡¡¡Matías, Matías, corre, que ya viene, que ya viene!!!””. Era Sebastián, el pastor, no cabía duda, pero ¿qué demonios andaba gritando? ¿quién venía? No entendía nada.


Foto: Carlos / invierno 2009

viernes, 13 de agosto de 2010

Hold your horses, es decir, Átate los machos e Historia de la Montaña Palentina


Este fin de semana marcho a mi pueblo natal, Encinas de Esgueva, donde no tengo conexión a internet. Por lo que estaré tres días fuera del ciberespacio. Pero antes de abandonaros  temporalmente, quería dejaros, si me lo permitis,  un par de recomendaciones, la primera de ellas es un nuevo libro o más bien una colección. Lleva por título "Historia de la Montaña Palentina" y recientemente se ha publicado el cuarto número. 

Está editado por Aruz y me parece una idea absolutamente genial y digna de mención, puesto que su objetivo no es otro que acercarnos a la historia de esta comarca, a través de distintos artículos e investigaciones realizadas, en la mayoría de los casos, por gente de esta tierra. El último número, por ejemplo, consta de cuatro artículos con temas tan interesantes como el fenómeno megalítico en la Montaña Palentina - por cierto, que gracias al libro he descubierto que en Foldada se ha encontrado un túmulo de esa época ancestral-, la elaboración de cubas en San Felices de Castillería, las primeras fotografías de la Pernía o las costumbres de la La Lastra, Triollo y Vidrieros. Acabo de recibirlo y, por tanto, aún no he tenido tiempo más que de ojearlo, pero creo que, al igual que los tres anteriores, promete y no va a defraudar mis expectativas.  

Hold your horses
La segunda recomendación es un videoclip, que me descubrió hace unos meses mi amigo Ricardo Fernández. El tema, desde mi punto de vista es divertido y muy pegadizo, se llama 70 million. ¿El grupo? Hold your Horses. Un curioso nombre, que según creo, a partir de mis rudimentarias nociones de inglés y mis investigaciones en la wikipedia, viene a ser una expresión similar a la castellaña "Átate los machos" - ;-) -. En este caso sería "sujeta tus caballos", es decir, que no te apresures, vaya.

Poco más puedo deciros, salvo que a principios de este año, según leo en internet, consiguieron revolucionar las clases de historia de medio mundo. No es para menos, ya que plantean una forma original e innovadora de acercarnos a la historia del arte. Qué lo disfrutéis. Ah!! ¿reconocéis las obras???

jueves, 12 de agosto de 2010

El rincón de Tais: La rosa y el roble


Viene de aquí

La humedad se podía oler en aquel espacio, pese a las inmensas campanas el silencio era total, y el tiempo parecía haberse detenido. Las losas del suelo eran tan viejas como la misma iglesia, desgastadas por los pies de los vecinos de todas las épocas, que alguna vez o cada año subieron a tocar las campanas para anunciar una quema, llamar a concejo, tocar a muerto o repicar el día de la fiesta.  Es este lugar dónde el par de vecinos que habían subido a investigar sobre la misteriosa sombra que había desaparecido con el alba, se encontraban perplejos ante lo que allí vieron. Desde los últimos peldaños encontraron el suelo cubierto de pétalos de rosa y hojas de roble, y por fin al llegar al campanario pudieron comprobar que la culpa bien pudo ser del viento, el cual, desde siempre se colaba a hurtadillas entre los huecos de las campanas para revolver todo cuanto encontrara. Y allí, en aquel pequeño cuadrado de piedra que es el campanario, en un rincón, ya esparcido, había un montón de pétalos y hojas, al pie de las campanas la lata de engrasarlas para que volteen correctamente y nada más. Ni huellas, ni ningún otro indicio de la misteriosa sombra.

Bajaron y comentaron a los demás vecinos lo que habían visto. Es curioso que pese al tamaño tan discreto de este pueblo pasaran cosas tan extrañas. Cada cual hacía sus propias cábalas, imaginaban quién podía ser. Los más mayores optaron por desistir. No sería la primera vez que la juventud sube al campanario a hacer maldades, pensó uno de ellos. En cambio había cuatro jóvenes que no se iban a conformar con una explicación tan pobre. Entre todos se logran grandes cosas, todos lo sabemos, así pues que palmo a palmo observarían cada esquina del pueblo, y rincón del monte para descubrir qué  misterio podía encerrar la sombra del campanario. ¿Por dónde comenzar?¿El monte, con sus caminos, cuestas, peñas?¿Los caseríos del pueblo con sus desvanes y cuadras repletos de la historia que los libros no recogen por ser muy popular?¿O mejor por los alrededores del pantano, las fincas, los pastos…?

Nota de Thais: Espero poder enseñaros los rincones de Foldada, que aunque pequeño tiene muchos, en un viaje de palabras con la imaginación como compañera. Son lugares que pueden pasar inadvertidos, tan sólo pretendo mostrarlos desde mi punto de vista, a fin de cuentas es mi pueblo y estoy orgullosísima de él.


Texto: Tais / Fotos: Carlos

martes, 10 de agosto de 2010

El pantano se desvanece, reaparece el río (y III): huellas


En este tercer y último post, necesito de vuestra ayuda. ¿Por qué? Muy sencillo, el pantano se desvanece durante unos meses, pero la vida en este lugar continúa y deja una marca honda y visible. Los seres que ahora frecuentan este espacio imprimieron su huella en la arena húmeda, recién liberada del agua. Hoy, ya reseca y agrietada la tierra, abierta en cicatrices, el rastro de los nuevos pobladores se mantiene intacto.    

Su huella aparece ante el objetivo de mi cámara, quieta, inmutable, pero a la vez, llena de movimiento, como si su autor estuviese aún presente. Ésta extraña y contradictoria sensación que experimento es real y cierta, al menos en uno de los casos. No soy experta en huellas y por eso requiero de vuestra sabiduría. Tengo identificado al autor de uno de los rastros. Es más, tengo la "prueba del delito".  Es evidente además  que, al menos cuando está quieto -cosa poco frecuente - el sujeto (blanco y naranja, de pelo largo ;-) es un buen modelo,  muy fotogénico.

Ahora bien, con los demás, tengo mis propias teorías, pero también muchas dudas, ¿os animáis??? ¿A quién creéis que pertenecen los demas rastros???

Huella1.


Huella 2.


Nota: Mi amiga Gema, que estaba viendo las fotos mientras colgaba la entrada, me apunta, con muy buen criterio, que debería haber puesto una moneda junto a las huellas, para que podáis tener una referencia del tamaño. Os pido disculpas y lo anoto para lo próxima vez. Es lo que tiene ser novata en esto del rastreo... ;-)

lunes, 9 de agosto de 2010

El pantano se desvanece, reaparece el río (II): sombras



Seguimos en el mismo lugar, donde lo dejamos ayer, mientras Carlos pesca en el río, Chico se entretiene oliscando todo lo que encuentra a su paso y correteando por los alrededores. Yo, como de costumbre, cámara en mano, me evado y comienzo a fijarme en las "pequeñas" cosas, en nimiedades como éstas: las sombras.

Se perfilan de una forma tan intensa sobre la arena que enseguida consiguen captar mi atención, es como si tuvieran vida propia... Así que, ni corta ni perezosa y sin nada mejor que hacer, decido darles su punto de protagonismo y me dedico a retratarlas. Aquí os dejo una pequeña muestra del resultado.

El pescador y la fotógrafa


Chico



Y, sin duda, la mejor o al menos, la más majestuosa, la sombra, el reflejo del sol sobre el agua...


sábado, 7 de agosto de 2010

El pantano se desvanece, reaparece el río (I)



¿Reconocéis el lugar?? Ciertamente, es complicado, incluso hasta para aquellos que seguís habitualmente Foldadablog. Sí, os lo he mostrado en varias ocasiones. Pero, no, nunca así. Está inmensa y verde pradera, escoltada por la silueta de los picos de la Montaña Palentina, suele estar durante al menos nueve meses al año anegada de agua. 




Sí, efectivamente, éste es el lugar que habitualmente ocupa "la cola del pantano", del embalse de Aguilar. La ausencia de lluvias, el calor relativo - aquí, el "Norte" siempre está presente y por eso la chaqueta es una prenda absolutamente imprescindible -, y, sobre todo, la continúa suelta de agua hacen que verano tras verano se repita esta imagen. El final del embalse reducido a un pequeño charco, a una leve sombra plateada a la derecha de la foto.

No, no me malinterpretéis, aún así, me encanta, no deja de tener su punto. Si caminas, caminas... y al final rodeas las lomas que circundan la pradera, te topas de pleno con el Pisuerga. El río, que durante el año permanece dormido en el fondo del pantano, resurge en verano, recupera su cauce y da lugar a paisajes que bien pudieran haber servido de escenario a las viejas pelis del Oeste Americano...


Junto al río piedras, troncos... restos de antiguas lindes, caminos, puentes y cercados. Son la sombra, el vestigio, la huella de los pueblos que anegó el pantano a principios de los sesenta (Cenera de Zalima, Quintanilla de la Berzosa, Villanueva del Río y Frontada). Han transcurrido muchos años, sí, pero cada verano, cuando me acerco a este lugar, pienso en cómo debió ser la vida en aquellos lugares, vecinos de Foldada, cómo debieron sentirse sus gentes al abandonar sus hogares y encontrar después en su lugar una ingente masa de agua... 


viernes, 6 de agosto de 2010

Foldada, un pueblo de cuento por Tais Roldán



Érase una vez, en un lugar muy lejano…así podría comenzar un cuento de hadas, montes encantados, misteriosas leyendas y valerosos caballeros. Pero la historia que ahora te voy a contar, algunos posiblemente piensen que no hace volar la imaginación,  ni engañar a los sentidos o al intelecto. Quiero demostrarte que sí se puede. Déjame intentarlo, nada más te pido:
“En un lugar que para unos es recóndito y para otros cercano, se halla un pequeño pueblo, cálido por el humo de las chimeneas y  misterioso por  el espesor  de su monte. El caserío en estas tierras luce  ocre de la piedra y el rojizo de la teja, combinado con el verde del monte y el azul del cielo. El leve murmullo de su fuente, interrumpido por el ladrido de algún perro, o por la campana el día de misa rompe el silencio que aquí reina. Las calles huelen a roble y brezo, mezclados con los aromas de  los hornos de las casas, como manos que te llaman para ver qué se está haciendo. Y las gentes, en su mirada, albergan la profundidad del monte, en el trato la sencillez de sus construcciones y la calidez de sus chimeneas y en el rostro las arrugas de una vida disfrutada en paz.
Fue en este lugar, no hace mucho,  justo al despuntar el alba, cuando el sol se atreve a rozar con sus rayos la espadaña de la iglesia, que los perros ladraron y del campanario se vio salir a alguien, un sombra ¿quién podía ser? Nadie se atrevió a mirar, mientras, los canes seguían alterados. Finalmente decidieron investigar. Dos de ellos subieron por las angostas escaleras de caracol, esquivando las nubes de mosquitos con la mano. Cuando de repente, algo interrumpió su ascenso. Se miraron, a la vez volvieron la vista al suelo lleno de pétalos de flores y hojas de roble ¿Qué estaba pasando? Se preguntaron, y con  valentía continuaron el ascenso…
Espero que alguno haya soñado un poquito con estas líneas, viajar hasta aquí con la mente es fácil, no es una invención, es Foldada, mi pueblo. Si alguien quiere ir y comprobar que este cuento es de verdad, simplemente que se acerque hasta aquí, estaremos encantados de recibirle. Y por supuesto también queda invitado para subir al campanario y averiguar qué pasó ese amanecer… Las escenas de los cuentos no sólo existen en el país de Nunca Jamás, este es un buen ejemplo.
Nota: Bueno, ya os dije que Foldadablog tendría más autores, aquí tenéis a la primera, Thais. Espero que os haya gustado su cuento y que la recibáis como se merece, para que se anime a seguir escribiendo. ;-)

martes, 3 de agosto de 2010

Santander / Pase de prensa / Encuentro fugaz


21.30 h. Campa de la Magdalena. El día ha sido lluvioso en Santander. El atardecer se presenta así. Dorados, azules y grises se funden con el verde de la hierba recién segada. Ésta vez sí. Lo hemos conseguido. Tenemos pase de prensa. Como siempre, por si a caso, me llevo la cámara. Entramos con la acreditación colgada al cuello. No hay necesidad de hacer cola. Somos unos privilegiados. Como diría un amigo, "lo bueno de esta profesión no es lo que ganas, sino lo que te ahorras"...

21.50 h. Desde la organización dan la orden. "Ok, los gráficos podéis pasar al foso. Dos canciones y fuera". Como de costumbre yo soy quien lleva la cámara. Paso. Y ahí estoy de nuevo. Esta vez un poco más alejada de lo normal. 4-5 metros me separan del escenario. A mi lado un montón de compañeros con cámaras enormes y objetivos gigantescos. Yo miro mi Nikkon con cierta preocupación. Aún no he comprado un flash aparente y con las prisas no he cogido el tele...

Junto a nosotros los V.I.P. No reconozco a nadie. Y al otro lado de la valla, una multitud. Me separo un poco. Me coloco en un lateral del escenario y disparo... Aún no ha entrado todo el mundo, pero al parecer, había 8000 personas. La campa tiene capacidad para 25.000. No está mal. El ambiente, de momento, no puede ser mejor.



22.00 h. Hora prevista para el inicio del concierto. 10 minutos más y nada. La gente comienza a impacientarse. Gritos y corear de una canción "...y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1 y las 2 y las 3.." 22.15. Llega un rumor al foso. "Algo ha fallado, la cola fuera es inmensa, queda mucha gente por entrar, esto se retrasa..."

22.25 h. Las luces del escenario se encienden. Comienzan a aparecer los primeros miembros de la banda A. García de Diego, Pancho Varona, Jaime Asúa, el maño... Griterío incesante en el gallinero. Los nervios se calman. La gente está ya totalmente entregada y por fin hace aparición en escena el hombre del bombín. El genio. El poeta. Enorme como siempre. El público se funde en una sola voz "torero, torero, torero...". Responde con la rapidez, la chispa y la ironía, que refleja en sus canciones. "Sí, pero no me prohibáis"


Me pierdo las dos primeras. Luego me cuentan que arranca como en León con Tiramisú de limón. Yo ando tan pendiente de mi Nikkon y de hacer fotos, que ni me entero. Tal y como me temía, estoy cerca, pero demasiado lejos para mi rudimentario flash. No hay manera. La Nikkon no acaba de disparar bien. Así pues, hago lo que puedo. Sacó lo que la cámara se empeña en sacar. Mis ojos no dan de si y el dedo índice de mi mano derecha, tampoco. 

Segundo tema. Viudita de Cliqout. Última oportunidad para la Nikkon. En mi mente se agolpan miles de ideas. "Joer, qué suerte tengo" "Como suena en directo, el cabrón..." "Mierda de cámara, no hay manera" "Vaya, otra vez la cabeza del del vídeo, qué pena no ser un pelín más alta" "Ese Pancho, mírale" Se acabo. Llegan los de la organización. 

"Está bien chicos todos fuera. Ni una más" Da igual todo. Salgo con una sonrisa de oreja a oreja  dibujada en la cara. Menudos 15 minutos. Ha sido absolutamente genial. A apenas 4 metros... Increíble. Ya casi ni me acordaba de la sensación. Miro rápidamente las fotos en la pantalla de la Nikkon. Bueno, ni tan mal, pienso. Me uno a los amigos. Nos sumergimos en el barullo y a disfrutar de dos horas y media de concierto.

No me cansa. Me encanta. Sé que le vi en León hace apenas un mes. Pero da igual, sigue siendo un genio. No me importa que repita las mismas frases, los mismos chistes para conectar con el público. Es más, creo que hasta me gusta. Es esa sensación de "esto me lo sé", de satisfacción plena, de entrega total...




Acaba el concierto. Se va despejando la campa. Salimos de los últimos. No han acabado las sorpresas. Mientras caminamos hacia el exterior miro de refilón a la izquierda y "eh, mirad, Pancho Varona" "¿dónde?" "Ahí, hablando por el móvil" "¿y si???, ¿ por qué no???" 

Y sí, la cosa, no pudo salir mejor ;-). 


Os dejo dos canciones. Las dos las compuso con Pancho Varona. La primera, si no recuerdo mal, la cantó por primera vez o la estrenó por decirlo de alguna manera, Ana Belén. Después Sabina la incorporó a su disco Dímelo en la calle. La segunda es un clásico. Ambas sonaron en el concierto de Santander y ambas son directos,  porque Sabina suena mucho mejor en directo. Espero que os gusten ;-)


lunes, 2 de agosto de 2010

Demostración práctica / Tejoletas II


 Me encantaría poder deciros que ya toco correctamente las tejoletas o que ya he aprendido algún ritmo, por sencillo que sea, pero no... De momento, sigo practicando, lo poco que puedo y que me dejan,  sin demasiado éxito. No pierdo la esperanza. Todo llegará. Es más, en su  momento, recogeré, sin dilación,  las propuestas de Arena, Tejón y Alma para crear un cuarteto a son de tarrañuelas, ¿se anima alguien a componer la letra??? Ahí, queda el guante.

Mientras tanto, he descubierto ivoox y, gracias a Carlos, he recuperado una de las últimas interpretaciones de Alberto Redondo en Radio Aguilar F.M. Una divertida coplilla entonda al son de unas tejoletas... Para que veáis lo que pueden dar de sí... ;-)


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