Al ojear, como todos los días, los periódicos locales, me topo en el Norte de Castilla, edición Palencia, con una curiosa y entrañable historia: la de Teófilo González, que a sus 80 años continúa ilusionado al frente del ayuntamiento de Villaconancio. Cuenta la compañera Leonor Ramos que Teófilo lleva más de tres décadas ocupando con diligencia el cargo (¡ahí es nada!). Digo con diligencia, porque por algo lo habrán reelegido sus convecinos.
Si no me fallan los cálculos ha sido y es el primer y único alcalde democrático de esta villa palentina y creo que merecía un hueco en Foldadablog. ¿Por qué? Muy sencillo, porque creo que Teófilo es, sin duda, uno de tantos, de tantas personas anónimas, de tantos y tantos alcaldes de pequeños, diminutos pueblos de nuestro entorno que a diario desarrollan su trabajo con ilusión y sin ningún tipo de compensación, al margen de ideologías y partidos, porque sí, Teófilo se presenta a las elecciones bajo unas siglas concretas, pero, como bien sabéis, en los pueblos no suele votarse al partido, sino a la persona, lo cual es no sólo lógico, sino también eficaz.
Su historia, la que cuenta Leonor de una forma magistral e incluso pedagógica, me ha recordado además a una de mis vecinas, Césarea, que a sus 91 años es un ejemplo de vitalidad, optimismo, energía, sensatez y sabiduría acumulada durante años.
Me ha recordado también a mis abuelos. Ahora sólo me queda una, Lola, pero he tenido la grandísima suerte de conocer a los cuatro y he de deciros que a todos les he admirado y que de todos, por suerte, he aprendido algo. De mi abuelo Ángel, por ejemplo, me queda el amor al campo, a la naturaleza, a los animales, al pueblo... De mi abuela María me queda su sabiduría (fue maestra, en una época en la que os aseguro que pocas mujeres y menos viviendo en un pueblo podían acceder a estudiar una carrera), su bondad, su saber estar, su espírutu optimista y luchador, su espiritualidad... De mi abuelo José, me queda su sonrisa picarona, su sensibilidad, su gracia, su altura personal, sus despistes, su ingenuidad (ah, y por supuesto sus rizos, que esos sí los he heredado). Finalmente de mi abuela Lola, me queda todo, porque como os digo se mantiene al pie del cañón a sus 76 años, con una vista envidiable y unas manos únicas para el punto de cruz. Con ella, por suerte, sigo compartiendo ratos, quizá, eso sí, muchos menos de los que debería...
Tanta gente deseando jubilarse y él al pie del cañon con 80 años, y ademas en plena forma.
ResponderEliminarY por lo que usted cuenta, es posible que vaya a seguir su ejemplo, pues veo que lleva unos genes muy propicios, madame!
Feliz tarde
Bisous
Jeje, no, no, Madame, ya quisiera una llegar a los 80 en tan buena forma, pero no sé yo, no sé yo...
ResponderEliminarSí, en los pueblos pequeños se vota a las personas, no a los partidos. Y, normalmente, esa es la manera de que las cosas funcionen. En cuanto se meten otros intereses
ResponderEliminarEfectivamente,aunque se presenten las siglas en un pueblo conoces a la persona,igual en las generales votas al contrario(yo lo he echo),luego esta el tema de las familias,pero eso es otro debate,lo de este hombre es admirable,o eso o es que nadie se ha querido presentar en 30 años,jajaja.
ResponderEliminarSaludos.
MERECIDO HOMENAJE A UNA PERSONA DECENTE, QUE POR ESTOS TIEMPOS QUE CORREN, CASI ES MILAGRO VERLAS.
ResponderEliminarQUERIDA CARZUM FELICITO A ESE HOMBRE, Y SU FAMILIA.
UN ABRAZO AMIGA
Y seguro que lo hará sin esquilmar las arcas municipales. Bien por Teófilo.
ResponderEliminarSí, Xibelius, plenamente de acuerdo, las cosas se complican cuando empiezan a aparecer en escena otro tipo de intereses.
ResponderEliminarJeje, Fosi, pasa siempre, en mi pueblo natal, por ejemplo, las municipales las gana el PSOE y las nacionales el PP y supongo que ocurre así en infinidad de sitios. Ah! y sí, jeje, puede ser que nadie más haya querido presentarse, tampoco son tantos ;-)
Gracias Abuela, pues sí, ya quedan pocos, la verdad, pero creo que es oportuno reconocerles el trabajo y el mérito.
Umm, jeje, Tejón, pues espero que no las haya esquilmado, hasta ahí no llego, pero si ha sido reelegido... será por algo, pienso yo.
El homenaje a los abuelos, me ha llamado la atención muchísimo, yo no conocí a ninguno de los míos y seguro que algo he perdido por ello.
ResponderEliminarMi hija ha tenido mejor suerte, con sus 17 añazos tiene a sus cuatro abuelos en perfecto estado de revista. Una suerte
Jo, ya lo siento, Marce, porque verdaderamente es un lujazo haber podido conocer a y disfrutar de mis cuatro abuelos. Seguro que Andrea está encantada de la vida con los cuatro en perfecto estado de revista, jeje.
ResponderEliminarCreo además, que los abuelos, para nuestra generación, son muy importante. Los míos, que ya no están, habían vivido dos Guerras Mundiales y nadie mejor para contarnos los horrores que ellos mismos habían vivido. Lea, mi hija, aún pudo escuchar a mi madre contar cómo ella, con 13 años, tuvo que huir de su pueblo, recoger los más imprescindible en dos horas, y aprovechar la vuelta de un tren con soldados heridos del frente, buscar tierras más seguras. Cómo llegó a la cuenca del Ruhr, sufrió los bombadeos de finales de la guerra y después tocó ponerse manos a la obra y reconstruir todo un país. Ahora somos nosotros los que tenemos la obligación y la responsabilidad de no dejar que esta memoria caiga en el olvido. Por eso es tan importante sacarla a la luz, analizarla, entenderla, interpretarla y aprender de ella.....
ResponderEliminarPlenamente de acuerdo, Andrea, la pena es, quizá, que no todo el mundo sabe darse cuenta de la gran importancia que tienen nuestros Abuelos y de que aún han de desarrollar un importante papel en nuestra sociedad. Es más muchos, ni siquiera son capaces de ver que todos, más tarde o más temprano, llegamos a viejos...
ResponderEliminar